Destinatarios: Niños de 6 a 12 años.
Premisas:
Los chicos ya no tienen un espacio donde jugar colectivamente. Juegan solos, con la PC, con la play. A lo sumo se encuentran con un amigo, participan en un juego grupal con animadores en un cumpleaños, corren en el recreo (si los dejan), juegan en el patio sin ensuciarse la ropa “para el colegio”.
Los chicos ya no tienen un espacio donde jugar colectivamente. Juegan solos, con la PC, con la play. A lo sumo se encuentran con un amigo, participan en un juego grupal con animadores en un cumpleaños, corren en el recreo (si los dejan), juegan en el patio sin ensuciarse la ropa “para el colegio”.
Nuestra propuesta es devolverles ese espacio de exploración donde podrán reconocer su capacidad creativa y expresiva.
En ese espacio podrán conectarse con sus emociones, con su cuerpo, con sus ideas, con su sensibilidad y la de los otros. Es en este espacio de tranquilidad y confianza donde podrán comunicar y expresar: crear.
El taller propone que, a través del juego con cuentos, con creaciones plásticas y musicales, con el humor y el absurdo (con los cuales están mucho más familiarizados que los adultos) ,los chicos sientan también el “permiso” de crear, de reírse y hacer reír, de recrear situaciones cotidianas desde distintos roles y luego llevarlas al límite de lo real, al juego del absurdo. La consigna es que todo es “posible”, mientras nos divierta y nos emocione y pueda divertir y emocionar los demás.
Los chicos no hacen teatro, ni aprenden teatro. Ellos viven los juegos que inventan o en los que participan. El teatro, para los chicos, sólo debe ser un banco de pruebas y un medio socializador.
Suele ocurrir en talleres de “teatro para niños” y a veces en los de “juegos teatrales” que se les pide a los chicos que aprendan un papel tal como lo entendemos en el teatro. El teatro es para los niños (y muchas veces también para los profesores de teatro) una actividad estereotipada. Primero, porque es verdad (paradójicamente, el teatro es un estereotipo) y segundo, porque lo que ven normalmente (con suerte) es cine y (sin suerte) no muy buena televisión. Así que, la mayor parte de las veces, el teatro hecho por niños abunda en lugares comunes e ideas preconcebidas. Difícilmente se ve una experiencia que parta de ellos, de lo que son, de su esencia, de su entorno cercano.
El teatro que nos interesa para los chicos es el que muestra un proceso de aprendizaje, de creación, de crecimiento; y no aquél que significa “espectáculo”.
Concebimos este taller como un “laboratorio de la vida”, un espacio para entenderse y entender el mundo. Un campo abierto para la experimentación y el descubrimiento. No se trata de enfrentar a los chicos con situaciones desconocidas, sino de abordar situaciones que ya conoce, pero jugándolas desde diferentes miradas.
Es bueno recordar que el teatro es una actividad grupal por excelencia donde, a diferencia de lo que habitualmente transitamos en este mundo despiadadamente competitivo, el crecimiento del otro nos hace crecer.
Objetivos:
Crear un espacio lúdico, de bienestar, a través del cual se pueda transitar por diversas formas de percepción y emoción.
Abrir la posibilidad del descubrimiento y reconocimiento del propio cuerpo y el del otro, el trabajo colectivo, las dinámicas de grupo, el espacio, el movimiento, la voz, el trabajo coral, los juegos de rol, las acciones físicas, la intervención del espacio con cuerpos estáticos o móviles, los objetos, los materiales, las texturas, los colores, el sonido y las diferentes dinámicas de cada elemento.
Desarrollar el sentido artístico, el espíritu de cooperación, el sentido social, y la sensibilidad creativa e imaginativa.
Fortalecer la autoestima.
Propiciar el desarrollo de habilidades sociales.
Desarrollar la imaginación y el pensamiento divergente.
Estimular el pensamiento crítico a través de la apreciación artística.
Respetar límites por medio de las reglas del juego. Éstas son la expresión de la necesidad de acuerdos, donde se descubre el valor de la cooperación y la negociación. En el encuentro con el otro se aprende a convivir y a construir nuevas reglas para seguir creciendo.
Rescatar el juego corporal y de movimiento con sus semejantes, frente a la pasividad que transitan a causa del “ataque” de la televisión y los video juegos.
Actividades:
Juegos teatrales, de clown, musicales de títeres y cuentos (tanto de expresión como de apreciación), creación de textos, lectura de cuentos y el juego de su adaptación a la oralidad (narración oral) y a la representación escénica.
A través del juego teatral se transitan además los beneficios de “mirar y ser mirados”, de escucharnos, de entendernos, de valorarnos. Es decir: de conocernos y respetarnos.